Lo confieso.
Imploro su perdón
pero no pude resistir a la tentación.
El otro día precisaba comida
era temprano y debía ir a la escuela
pero no soportaba que la barriga…me doliera
así que fui a la esquina con mi padre
a tomarme un submarino que siempre arde:
para disolver en la leche la barrita
la primera debe estar (¡cómo decirlo!)… "calentita".
Súmesele a esto un tostado
jamón y queso empanados
cinco minutos para engullir sino no llego
tengo que cortar de lleno, con este apego
a la comida al tiempo y al dinero
a la música al cine… y a ser canchero:
la humildad es una virtud
poco difundida en esta latitud
es por esto que hago un culto no ya a la pobreza
sino más bien a las bondades de la naturaleza.
Al final terminé con mi hambre
no lo arreglé, como se dice, con alambre
sino con un espíritu que, aseguro, no da calambre
vestido (¡créanme!), con una robe de chambre.
Y al no acordarme de cómo llegué hasta este punto
les pido les suplico les ruego
que estemos juntos
como conjunto
último punto.
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